Al principio me desconcertó, como no podía ser de otra forma. Ahora me parece una verdadera genialidad, desde el primer acorde de esa White Falcon hiper saturada a los loops del final.
Una puñetera maravilla.
The blues, the songs, the days, the music. // El blues, las canciones, los días, la música.
Totalmente de acuerdo, parece que el disco ha dejado descolocados a muchos de sus seguidores, pero no entiendo por qué si en en el fondo, más allá de la excentricidad de algunas de las manipulaciones de Lanois, desde el ragged glory pocas veces había sonado tan potente. A mí me mola.
ResponderEliminarEl tiempo lo pondrá en su sitio... Seguro!!
ResponderEliminarPor cierto, no sé por qué en mi barra de blogs favoritos de éste no sale la última entrada sino una que no existe de Soulsavers.
ResponderEliminarExiste, jeje, pero estaba en la racámara aún y a e mi se me escapó el gatillo ayer... Solucionado!!
ResponderEliminarOrgasmo de Neil y su guitarra! Más unidos no se puede estar---
ResponderEliminarYa estaba yo esperando ese artículo, estupendo, nada que añadir:
ResponderEliminarhttp://blogs.elpais.com/muro-de-sonido/2010/10/neil-young-le-noise.html
Muchas gracias Caye, de verdad, me vienen muy bien tus palabras...
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